miércoles, 22 de diciembre de 2010

Qué modernos que we are

Últimamente no acostumbro a coger ninguno de esos diarios gratuitos que reparten en la estación de RENFE porqué la verdad sea dicha, dejan mucho que desear. Suelo esperarme y leer en el trayecto de vuelta a casa algún periódico serio -de los de toda la vida- que consigo en el trabajo.
El caso es que el otro día, para darle un vistazo durante el camino, me hice con uno de esos gratuitos que se caracterizan por tres cosas: se leen rápidamente, contienen demasiadas noticias intrascendentes y dejan las manos pringadas de tinta.
Como les decía, estuve hojeando el diario -no diré cual para QUE! nadie se dé por aludido- y al llegar a la parte central me encontré con un suplemento especial dedicado a los regalos de Navidad. Bajo el título "Y tú, ¿qué vas a regalar?", nos ofrecían "casi un centenar de ideas para acertar estas navidades", aunque en realidad sólo conté cincuenta y una. Aparecían diversos artículos de regalo con una breve explicación y su fotografía, el lugar donde podían adquirirse y su precio.
Quiero destacar unos cuantos por si se han quedado ustedes sin ideas para estas fiestas. En primer lugar, podemos felicitar a nuestros familiares con un bonito y colorido Christmas de Unicef, o tal vez culturizarlos, incitándoles a la lectura con uno de los Best-sellers del año o con el pack de una conocida película que incluye el Merchandising del film, nada menos que un despertador y una taza con imágenes.
Al seguir leyendo, me sentí tentado a echar a correr hacia la tienda más cercana y hacerme con un curioso reloj fluorescente de una nueva linea llamada Funny Time, aunque finalmente resistí a la llamada de mis instintos. Tampoco deben pasar desapercibidos -les aconsejaría que lo apuntaran de inmediato en su lista de Reyes- diversos artículos de moda, entre los que destacan una rebeca con incrustaciones de cristal "ideal para cualquier look", una cartera o vestido "pero siempre en Animal Print, ya que este año es lo más in", y desde luego unas botas de piel "con tratamiento waterproof".
Los bolsos son siempre un regalo muy recurrente. Si están pensando en hacerse con uno, nuestros amigos les recomiendan el Heritage Tote de Loewe, "un capricho para fashion victims" o uno de Louis Vuitton, destinado al público masculino, ya que "ellos también quieren ser los más cool de su gimnasio".
Los niños podrán divertirse y aprender con el Oregon Scientific, un globo del mundo interactivo, y los amantes de las nuevas tecnologías babearán de placer al recibir su "coqueto y práctico netbook, un portátil que sirve también para decorar" o su Ipad, "para disfrutar de Internet en una gran pantalla multi touch".
Como habrán podido comprobar, parece ser que nuestro idioma, hablado por 450 millones de personas, no posee el vocabulario suficiente para describir y detallar las características de dichos artículos navideños. Debemos tirar de palabras inglesas, creyéndonos que de esa manera estaremos a la última moda, el producto en cuestión ganará en exquisitez y parecerá más selecto para el consumo del gran público, evitando siempre que sea posible el uso de nuestro corriente y vulgar idioma.
Lo más preocupante es que los vocablos ingleses no sólo han invadido el mundo de la moda y el consumo sino que ya nos ha ganado la batalla, expandiéndose en el idioma de la calle, sobretodo entre nuestros jóvenes. Sin embargo, resulta curioso que este fenómeno se haya desarrollado en nuestro país, donde no sabe hablar inglés ni el Tato, incluyendo por cierto a nuestro presidente del gobierno.
Mucho me temo que no nos quedará otra que adaptarnos e ir acostumbrándonos a abrazar el idioma de Shakespeare, aunque no tengamos ni idea del significado de esas palabras que utilizamos con tanta alegría. Por lo visto, la lengua de Cervantes ha pasado de moda.

4 comentarios:

  1. ¡Ay, don Manel! Que esto de que usté escriba y a continuación yo tenga que llevarle la contraria se está convirtiendo en algo habitual. Quizás esté usté de mala leche porque no le haya tocado la lotería ayer y realiza terapia de auto ayuda poniendo a parir a todo lo que se menea. No le gustan los diarios gratuítos y, por lo que se ve, tampoco el suplemento que éstos traen. Ahí se pone a contar a ver si es verdad lo del centenar de ideas navideñas, jodío desconfiao, y luego, agarra el rábano por las hojas para criticar a la pérfida albión. Ha tenido usté suerte porque nadie le tachará de racista. Si en lugar de buscar regalos con enchufe, propios de los países miembros del club de los siete grandes, se hubiera decantao por la cosa de lo tradicional seguro que ya habría muchos que le estarían acusando de disparar contra la alianza de civilizaciones. Imagínese: “Regale una narghilé para poder aspirar el delicioso aroma del tabaco de shisha…” O solidarícese con el pueblo palestino y obsequie a sus amistades con esta elegante kufiya…” o “La mala suerte no afectará a sus conocidos bosequiándoles este amuleto que incluye un feto de vicuña andina para congraciarse con la pacha mama…” O también podría ser: Regale el último disco del coro de niños del templo del Santo Sepulcro cantando el Haba Nabila…” Pues eso, don Manel, que si no quería palabros foraneos haber buscado regalos más tradicionales relacionados con la cultura carpetovetónica nuestra: ¡Qué se yo! Un botijo de cinco pitorros, una dulzaina, unas yemas de Santa Teresa o un burro meterorológico de esos que había antes y que cambiaban de color si el tiempo cambiaba de nublao a lluvioso, o un azulejo, cerámica de Talavera- con graciosas ocurrencias tipo “Hoy no se fía, mañana si”. Todos artículos propios de la alta tecnología hispana y que no precisan para su descripción el uso de otros vocablos que no se hallen incluídos en el DRAE. . Pues eso, don Manel, que si en lugar de criticar a los ingleses hubiera criticao a los que yo decía antes, ahora estaría usté con varias condenas a muerte por algún imán jomeinófilo, también le habrían acusado de conquistador culpable del exterminio de los mapuches y tendría alguna querella en los tribunales por negar el Holocausto. Claro que, como son ingleses pues están acostumbraos a las críticas. Eso o que la Reina Elisabeth no se pase por su página. Vaya usté a saber.
    Con afecto:
    Chéspir

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  2. ¡Ay, don Manel! Que esto de que usté escriba y a continuación yo tenga que llevarle la contraria se está convirtiendo en algo habitual. Quizás esté usté de mala leche porque no le haya tocado la lotería ayer y realiza terapia de auto ayuda poniendo a parir a todo lo que se menea. No le gustan los diarios gratuítos y, por lo que se ve, tampoco el suplemento que éstos traen. Ahí se pone a contar a ver si es verdad lo del centenar de ideas navideñas, jodío desconfiao, y luego, agarra el rábano por las hojas para criticar a la pérfida albión. Ha tenido usté suerte porque nadie le tachará de racista. Si en lugar de buscar regalos con enchufe, propios de los países miembros del club de los siete grandes, se hubiera decantao por la cosa de lo tradicional seguro que ya habría muchos que le estarían acusando de disparar contra la alianza de civilizaciones. Imagínese: “Regale una narghilé para poder aspirar el delicioso aroma del tabaco de shisha…” O solidarícese con el pueblo palestino y obsequie a sus amistades con esta elegante kufiya…” o “La mala suerte no afectará a sus conocidos bosequiándoles este amuleto que incluye un feto de vicuña andina para congraciarse con la pacha mama…” O también podría ser: Regale el último disco del coro de niños del templo del Santo Sepulcro cantando el Haba Nabila…” Pues eso, don Manel, que si no quería palabros foraneos haber buscado regalos más tradicionales relacionados con la cultura carpetovetónica nuestra: ¡Qué se yo! Un botijo de cinco pitorros, una dulzaina, unas yemas de Santa Teresa o un burro meterorológico de esos que había antes y que cambiaban de color si el tiempo cambiaba de nublao a lluvioso, o un azulejo, cerámica de Talavera- con graciosas ocurrencias tipo “Hoy no se fía, mañana si”. Todos artículos propios de la alta tecnología hispana y que no precisan para su descripción el uso de otros vocablos que no se hallen incluídos en el DRAE. . Pues eso, don Manel, que si en lugar de criticar a los ingleses hubiera criticao a los que yo decía antes, ahora estaría usté con varias condenas a muerte por algún imán jomeinófilo, también le habrían acusado de conquistador culpable del exterminio de los mapuches y tendría alguna querella en los tribunales por negar el Holocausto. Claro que, como son ingleses pues están acostumbraos a las críticas. Eso o que la Reina Elisabeth no se pase por su página. Vaya usté a saber.
    Con afecto:
    Chéspir

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  3. Bueno, no solo estamos abrazando terminología "guiri", también abrazamos sus costumbres. Y si no: ¿a que viene el jalowin" o papa noël", en una cultura latina?. No es que sea dada a celebraciones externas de ningún tipo, de hecho, no "hago" reyes; es un esfuerzo intelectual y físico demasiado grande como para introducirme en grandes almacenes con multitudes ingentes peleándose y preguntándose que regalo comprar. Pero jalowin no, no señor. Para eso me voy a Galicia a un tour para ver a la santa compaña o perpetrar un aquelarre bajo el monte de Santa Tecla con cruz invertida y todo.
    Sobre el léxico "in" que nos ocupa, todo es culpa de la globalización y la democratización del lujo y la tecnología y por consiguiente la idiotez generalizada por estar a la última y demostrarlo diariamente. ¿Quien podía comprarse antes un Gucci, un Armani, o un Escada? Ahora ves a cualquier poligonera, con un collar de Dolce&gabbana, encima de una camiseta de strass donde las abundantes y operadas ubres de la chica, consiguen mantenerse dentro de un sujetador 2 tallas menor. Es una pena, por que antes ponerme mis botas de Prada, me hacían sentir una princesa, ahora me hacen sentir una Leti cualquiera.
    No importa que no llegues a fin de mes; el último modelo de Nokia, lo debes de llevar. No usar un ipod es de trilobites fosilizados y no ir a cenar al Bulli un camello desestructurado al aroma de azahar, al menos una vez en la vida, no es de progres como Dios manda.¡Que tiempos aquellos!

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  4. Me gusta cómo escribes, Manel, sigue así. Además, estoy de acuerdo contigo. Saludos.

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