jueves, 16 de diciembre de 2010

Lienzos urbanos

Hará ya unos meses que vi por Youtube un video en el que aparecían Joaquín Sabina y Fito Páez sentados en un coche, riendo a carcajada limpia ante un graffiti que acababan de dejar atrás y que rezaba: FRACASO. La historia de nuestras vidas, remataba humilde y equívocamente el de Úbeda.
Hoy he recordado esta historia al toparme con uno de esos escritos en plena marquesina de la Diagonal. En el cristal que hace las veces de parada para los viajeros, podía leerse: ESTAMOS SOLOS, realizado con pintura de color rojo por algún filósofo urbano ocasional.
Me parece perfecto que la gente tenga inquietudes artísticas y necesite compartir sus pensamientos con los demás, pero para eso ya están los blogs, las galerías de arte, las cartas de los lectores en los periódicos, los bares en los que cada vez es más frecuente encontrarse con exposiciones pictóricas y fotográficas, o los amigos a los que siempre se les puede enseñar tu obra, exponiéndote -eso sí- a severas críticas, no siempre bien encajadas por el autor. No es necesario ensuciar las ciudades con frases, símbolos o graffitis para disfrute tan sólo de sus ejecutores y de los cuatro imbéciles que lo consideran arte urbano. Yo al menos, como medida disciplinaria, haría que lo limpiaran con la lengua, llámenme retrógrado si quieren.
Lo mismo me ocurre cuando visito monumentos históricos. En este caso, sin embargo, la mala leche me aflora con más pasión e incluso en algunos casos he llegado a mentar a la madre del capullo de turno. Les juro que no soporto -me parece una falta de educación, de civismo y de respeto a nuestra historia- pasear por la Alhambra o por el Monasterio del Escorial -por poner dos simples ejemplos- y encontrar mensajes escritos en sus piedras repletas de historia, en sus muros levantados a base de esfuerzo y sufrimiento o en los bancos plantados para el descanso del visitante.
En este ámbito existen varios clásicos. Desde el PACO ESTUVO AQUÍ. 14-09-08, con fecha incluida para conmemorar cada catorce de Septiembre que el señorito Francisco se dignara a hacer el esfuerzo de empaparse de un poco de cultura, pasando por el MARI PILI Y MANOLO, dentro de un corazón tan enorme como su estupidez, siguiendo por el original y hasta gracioso si me apuran LUCHA CONTRA EL TECNO. AFILIATE AL PUNK -les juro por Perry Manson que lo he visto plasmado en una pared- y por supuesto no me puedo dejar en el tintero el mítico y cariñoso JENNIFER TE AMO UN HUEVO DE PATO, que muestra la sensibilidad y amor desbordante del perla en cuestión por su churri.
Y visto esto, les puedo asegurar que maldita la falta que me hace -ni a mí ni a nadie- saber que Paco estuvo allí hace dos años y no dándose un baño entre cocodrilos en el Nilo, aunque se lo podría haber planteado. También les informo que me importa un carajo que Mari Pili y Manolo se quieran mucho, como la trucha al trucho. Les comunico que tanto el Tecno como el Punk me la repampinflan y no pienso ni luchar contra uno ni afiliarme al otro. Y en lo referente al novio de Jennifer, le aconsejaría que dejara de ser un energúmeno que pinta paredes y le dijera a su chica a la cara lo que siente por ella y de paso que la invite a cenar y quede como un señor.
Y a todos aquellos que ya tienen pensada la frasecita, la firma o el símbolo que mañana plasmarán en una pared, tan sólo decirles que se planteen la alternativa de pintársela en los huevos. De esa manera los únicos que gozarán del privilegio de contemplar su gran obra de arte serán ellos mismos y sus respectivas. Y al resto del mundo que nos dejen tranquilos y no nos cuenten su vida.

3 comentarios:

  1. Ay, don Manel! Que me parece que es usté un poco cándido. Porque esto de pintarrajear en las paredes no es algo nuevo. No señó. Hace un par de años visité el Cairo y estuve en el cementerio de Saqqara. Ya sabe usté, lo típico. Pirámides escalonadas y mastabas varias levantadas para acostar a la jet de la época. El guía nos señaló en varias ocasiones algunas inscripiciones grabadas en las paredes, tipo “Marco Tulio estuvo aquí” o “Vota a Agamenón, vale un cojón”. Estos graffitis, entonces se llamarían graffitae o algo así, fueron realizados por los turistas griegos y romanos hace más de 2000 años. Estos graffitorum, ahora, dan un valor añadido a lo anterior. O sea que, don Manel, consuélese. Dentro de 2000 años, los turistas que recorran el Escorial se admirarán de la pintada que encuentren en el altar mayor de la basílica y que dirá: Tontoloscojones el que lo lea.
    De momento yo, le sigo leyendo. Saludos y Bon Nadal pa usté y sus lectores.
    Chéspir

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  2. Bon Nadal para usted también, señor Chéspir.
    Un placer que usted me lea.

    Manel.

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  3. Felicidades por su blog. Acaba usted de ganarse un lector incondicional.

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